La minería es una actividad esencial ligada al avance de la Humanidad.
Hay muchos y muy diversos tipos de minería, pero todos tienen algo en común: son esenciales. De ella se obtienen recursos naturales irremplazables que han contribuido, contribuyen y contribuirán al desarrollo de la Sociedad.
En el año 10.000 AC surgieron las industrias líticas, en las que se utilizaban rocas y minerales trabajados para su uso como herramientas y armas.
Posteriormente, llega la Edad de los Metales y se utilizan para fabricar elementos y herramientas que son claves para nuestra evolución: herramientas de agricultura, armas para la caza y la guerra, y utensilios para comer.
En la época romana, una de sus motivaciones para conquistar la península Ibérica fue apropiarse de los recursos minerales con el fin de construir la calzada romana y ampliar sus riquezas.
En la revolución Industrial, fueron los minerales como el carbón, el hierro (como base para el acero) los que permitieron la construcción del ferrocarril, las vías y las máquinas, base de nuestra industria.
En la actualidad, los minerales siguen siendo indispensables. Si pensamos en nuestro día a día llegaremos a la conclusión de que en casi cada aspecto de nuestra vida la minería está presente.
La minería está en los edificios, las carreteras, los aviones o los coches que requieren minerales para su construcción.
Está en las nuevas tecnologías, compuestas por minerales: desde el cobre del cableado hasta los minerales tecnológicos en microchips, baterías y circuitos integrados.
La minería también está presente gracias a sus aplicaciones en actividades esenciales que no vemos a simple vista: actividades primarias como la alimentación animal, la agricultura, o conservantes alimentarios, o la producción de compuestos químicos y farmacéuticos, indispensables para el bienestar de la sociedad.
Gracias a los recursos minerales y su correcta gestión avanzamos como sociedad.
#ElPoderdelMineral